Game of homes!
Baby Boomers vs. Millennials
El pasado fin de semana acudí a unas jornadas sobre el futuro del Real Estate. Cómo en la mayoría de estos meetings profesionales, lo más interesante radica en las reflexiones públicas que se generan y no tanto en la búsqueda de respuestas concretas por parte de los ponentes. En mí caso, lo que me llevo de esta última cita fue el intercambio de visión que tuve durante la pausa para el café del segundo día con dos colegas del sector. El primero de ellos, norteamericano, de Nevada concretamente, de unos cincuenta y largos años de edad y vestido con un traje a medida que denotaba su herencia de la ‘old school’. El segundo era mucho más joven, un treintañero procedente de Estocolmo, con un marcado acento sueco y un outfit que di por denominar en mi cabeza: ‘cool sporty elegance’. Pero, por supuesto, lo interesante de nuestro encuentro no radicó en nuestros estilismos, sino en la conversación que se generó durante esos escasos quince minutos, durante la cual expusimos nuestra visión generacional de como entendíamos el mercado inmobiliario y, lo más importante, cómo veíamos como lo afrontábamos a nivel “usuario”.
Con una de las primeras ideas que me quedé fue con el concepto “de envejecimiento en el hogar”, una tendencia que ya estaba ganando popularidad antes de la pandemia, y que parece haber despertado un renovado interés entre los baby boomers, algunos de los cuales ahora desconfían de las residencias destinadas a las personas de la tercera edad. No en vano, recordemos que, solo en España, más de 30.600 personas que vivían en estos centros fallecieron a causa de la pandemia; unos datos que se pueden consultar en el reportaje público online de RTVE al respecto.
Esta tendencia de no querer movernos de nuestro hogar se está extendiendo a generaciones posteriores en España, como la generación X e, incluso, la generación millennial. La escasez de inventario de viviendas asequibles y el hándicap de los precios de alquiler actuales en las grandes urbes, lleva a la frustración a las generaciones más jóvenes quienes comienzan a plantearse el hecho de convivir con sus padres hasta heredar la vivienda y envejecer en el mismo hogar que les vio nacer.
Aun así, Melvin Bengtsson, mi interlocutor sueco, me hizo ver qué en el norte de Europa, las generaciones posteriores a los baby boomers tenían planteamientos algo más optimistas. Según Melvin, más del 20% de los compradores que han adquirido un hogar recientemente, pertenecen a la Generación X. Un dato en alza que puede contrastar positivamente con el informe de tendencias generacionales de compradores y vendedores de viviendas de NAR 2021. En este informe, además de indicarse que alrededor del 24% de los actuales pertenecen a la Generación X (siendo esta la tasa más alta entre todos los grupos de edad), se destaca que, aproximadamente, el mismo porcentaje de Gen-Xers también ha sido vendedor de viviendas, lo que sugiere un intercambio de necesidades o cambios de hogar entre esta generación en lugar una búsqueda de ganancias sustanciales en propiedades o riqueza inmobiliaria.
Una cuestión de poder adquisitivo
Dentro de esa misma discusión, nuestro compañero de Nevada, Jacob Nguyen, nos compartió los datos del último análisis de Zillow sobre la edad, el sexo, la raza y los ingresos de los compradores de vivienda durante la última década en EEUU. Según lo expresado por Jacob, los Millennials y Baby Boomers, están “compitiendo” en Estados Unidos por la adquisición de propiedades a lo largo y ancho de todo el país.
Si tenemos en cuenta la suma de encontrarnos ante una población que envejece con una economía actualmente en auge, podemos descubrir que personas de todos los grupos de edad mayores de 30 años están adquiriendo viviendas de compra a un nivel mucho más alto que los datos anteriores a 2010. Aun así, Jacob nos explicaba, a su vez, que actualmente existe mucha más demanda que oferta en los principales estados norteamericanos, lo que se traduce en una “guerra de adquisiciones” entre Baby Bomers y Millennials.
En España también hemos visto como la pandemia ha sobrealimentado la demanda de vivienda, sobre todo dentro del mercado del alquiler y, especialmente, entre los millennials. En cambio, generaciones anteriores, han optado por acelerar sus planes de jubilación. Dos realidades diferentes que, sin embargo, han convergido es un mismo fin: unos y otros impulsaron las decisiones de mudanza buscando un hogar diferente al que hasta entonces ocupaban.
Como explicaba al inicio del artículo, nuestra conversación duró prácticamente lo mismo que nuestros cafés en las tazas, pero surgieron reflexiones interesantes que me motivaron a seguir leyendo e investigando estas tendencias durante los días posteriores. De este interés puede contrastar con otros profesionales del sector que, aunque los millennials son los principales actores actuales en el mercado de la vivienda, los compradores tienden a envejecer. La edad promedio de alguien que compró una casa el año pasado, es de 44, frente a los 40 de 2009. Esto se debe principalmente a que los Baby Boomers, que constituyen una gran parte de la población, también son más activos en el mercado de la vivienda de lo que lo eran hace 10 años.
Por seguir con esta línea de porcentajes, la proporción de compradores recientes que tienen 60 años o más creció un 47% de 2009 a 2019. Sin embargo, durante el mismo período, la proporción de compradores recientes de entre 18 y 39 años ha caído un 13%.
Esto significa que los millennials, que actualmente tienen que lidiar con la recuperación de las tasas de paro, sueldos más precarios, incrementos de impuestos en bienes básicos como el recibo de la luz… son hándicaps importantes para afrontar las entradas de adquisición en la compra de viviendas.
¿Significa todo esto que el futuro de la adquisición de hogares para la generación millennial es más pesimista que incierto? Hagamos ahora un ejercicio común de viajar en el tiempo, hasta 2029, por ejemplo. Pensemos que, en ese año, los baby boomers más jóvenes cumplirán 65 años y los mayores 83. A medida que esta generación avance hacia la jubilación, algunos venderán sus propiedades y, si no lo hacen, las herederán sus descendientes, es decir, generaciones como la Z y millennial. La “riqueza inmobiliaria” pasará entonces a manos de quienes ahora no pueden competir con las “mismas armas” en esta guerra de adquisición de viviendas. Algo que, a pesar de todo, es cíclico y nos demuestras que en realidad no debemos ver esta situación como un enfrentamiento, sino como dos realidades paralelas que están destinadas a coexistir y, por supuesto, a entenderse.
David Granell Moreno
CEO