Hace unos días visité Utrecht por motivos laborales. Una de las tardes que allí pasé, estuve intentando refugiarme de las altas temperaturas de esta ola de calor con un paseo por la naturaleza. Permíteme que me ponga un poco bucólico en esta introducción, pero considero que el tono ayudará a que te pongas en situación: 
Es una cálida tarde de junio, y entre olmos y sauces, una urraca parlotea ignorando mi presencia, un escarabajo se arrastra sobre una hoja, y varias orugas forman una perfecta procesión. Un agradable paseo por el bosque… junto a un edificio de 18 plantas y una línea de tren.
Y hasta aquí la licencia poética. El bosque al cual hago referencia, y por el que estuve paseando hace una semana, es del tamaño de una cancha de baloncesto y, hasta hace relativamente poco (2018) el área era un estacionamiento para vehículos. El bosque Muziekplein es uno de los siete bosques enanos de esta ciudad holandesa, y uno de los más de 150 que hay alrededor de toda Holanda.

En Europa, India y otros países, las comunidades están creando pequeños bosques como respuestas hiperlocales a los desafíos ambientales a gran escala. Los bosques atraen biodiversidad, incluidos insectos y nuevas especies de plantas. Y, aunque incluso sus defensores dicen que no resolverán el cambio climático por sí mismos, los investigadores científicos demuestran que estos pequeños fragmentos de la naturaleza pueden contribuir a la retención de carbono y ayudar a las ciudades a adaptarse al aumento de las temperaturas.

Desde que se plantó el primer bosque en Holanda en 2015, el concepto se ha vuelto muy popular tanto a nivel público entre los municipios, como entre los propietarios privados. Daan Bleichrodt, autor de la iniciativa Tiny Forest de IVN, creada con el objetivo de lograr que la naturaleza sea más accesible para los niños, afirmó que estos pequeños bosques son populares porque las personas están adquiriendo más conciencia ante los principales desafíos ambientales.

El método Miyawaki

Tras mi paseo por el mini bosque de Muziekplein se despertó mi interés por seguir profundizando en este tema, así que pasé los dos días siguientes buscando información a través de varios portales y magazines de sostenibilidad. Entre mis averiguaciones, pude descubrir que estos proyectos de bosques enanos se basan en el trabajo del botánico japonés Akira Miyawaki , quien, a partir de la década de 1970, fue pionero en un método de plantar especies autóctonas jóvenes juntas para regenerar rápidamente los bosques en tierras degradadas

Miyawaki, quien estudió y catalogó extensamente la vegetación de Japón, inspeccionó los bosques próximos a los sitios potenciales en los que poder plantar sus mini bosques en busca de una mezcla de sus especies principales. “La plantación debe centrarse en los árboles primarios del lugar y seguir las leyes del bosque natural”, escribió un ensayo en 2006 al aceptar el premio Blue Planet.

Según su ensayo, al competir por la luz, los primeros brotes crecen rápidamente. Se trata de un método que puede funcionar en cualquier lugar, incluso en parcelas tan pequeñas como de un metro de ancho.

El método fue popularizado por Shubhendu Sharma, quien conoció la técnica de creación de bosques de Miyawaki cuando, en 2009, el botánico creó un bosque en la fábrica de Toyota en India, donde Sharma trabajaba como ingeniero. Inspirado por el rápido crecimiento del bosque, Sharma fundó una empresa para crear bosques similares, investigando primero el método y probándolo en su propio patio trasero. 

En la página oficial de TED, descubrí esta TED Talk de 2014 en la que el propio Sharma explica su trabajo, antes de publicar su versión de las instrucciones para que cualquiera pudiera aprender a crear su propio pequeño bosque nativo.

Desde entonces, la idea ha ganado popularidad en todo el mundo. La empresa de Sharma, Afforestt, ha ayudado a plantar bosques en 44 ciudades diferentes. Las organizaciones están plantando bosques similares en Bélgica, Francia y el Reino Unido. Las ciudades de Asia están adoptando bosques urbanos al estilo de Miyawaki, y los políticos de Pakistán e India describen sus ambiciones de plantar muchos más.

En febrero, el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, anunció planes para 50 bosques de Miyawaki en Lahore, y en Chennai, India; aunque el objetivo principal de Pakistán está establecido en plantar hasta 1.000 mini bosques.

Impulsando la biodiversidad

Los últimos datos publicados por investigadores de la Universidad de Wageningen muestran que los mini bosques albergan una enorme variedad de especies animales y vegetales. Entre los once mini bosques del estudio, los voluntarios observaron 636 especies diferentes de animales. También identificaron 298 especies de plantas además de las especies originales plantadas en las parcelas

Un informe de WWF de 2020 demostró que las poblaciones de vida silvestre en Holanda se redujeron a la mitad en las últimas tres décadas; Las especies de mariposas, aves y reptiles fueron particularmente afectadas. En cambio, los datos de estos mini bosques, demuestran que los pequeños proyectos pueden impulsar una biodiversidad necesaria en las ciudades. Estos bosques enanos pueden marcar la diferencia como parte de una estrategia más amplia para introducir más espacios verdes en las áreas urbanas.

Huella de carbono y cambio climático

Centrando mi investigación en los datos de los mini bosques en los Países Bajos, descubrí que, tan solo en 2020, los mini bosques retuvieron alrededor de 127,5 kg de carbono. Cruzando esto con los datos de otras investigaciones que encontré en estudios científicos, los investigadores predicen que, a medida que los bosques pequeños maduran, un bosque promedio de 250 metros cuadrados retendría 250 kilogramos de carbono al año. Eso es similar a la tasa promedio de los bosques holandeses de entre 10 y 50 años, que equivale a unos 227,5 kilogramos anuales para un área comparable a un bosque diminuto.

Permíteme que siga compartiendo contigo otros datos de interés que recopilé a este respecto. Cécile Girardin, miembro de la Iniciativa de Soluciones Basadas en la Naturaleza de la Universidad de Oxford, publicó recientemente un informe de investigación el cual pone de manifiesto que si se implementan soluciones basadas en los mini bosques a nivel mundial, podrían contribuir a reducir el calentamiento en 0,1 grados centígrados en un escenario que asume un calentamiento máximo de 2,7 °F (1,5 °C) en 2055. Pero en lugar de medir los mini bosques en función de la retención de carbono, afirma, es mejor medirlos en impactos como el enfriamiento urbano, la regulación del agua o la biodiversidad.

Más investigación y perfeccionamiento 

Fujiwara, quien trabajó con Miyawaki, dijo que algunos bosques plantados en India y Holanda no siguen realmente el método de Miyawaki para crear bosques naturales según la selección de especies. Algunos utilizaron especies de rápido crecimiento como el sauce y otros tenían demasiadas especies diferentes. Fujiwara dijo que elegir las plantas adecuadas es importante para crear un bosque natural estable.

Sharma reconoció que Afforestt había plantado bosques sin estudiar las especies naturales. Después de que Fujiwara expresara su preocupación en 2016, Afforestt ajustó su enfoque para priorizar el estudio forestal. La compañía se está preparando para lanzar un instituto para enseñar a los aspirantes a creadores de bosques en las ciudades.

Mientras tanto, la popularidad de los bosques en miniatura sigue creciendo.

En el Reino Unido, el primero se plantó en marzo de 2020. Victor Beumer, un ecologista que dirige el programa de Earthwatch, dijo que la organización planea capacitar a voluntarios para recopilar datos, incluso sobre biodiversidad y retención de carbono, para que los impactos ambientales de los bosques puedan ser evaluados en el tiempo.

Ya hay más de 20 mini bosques en el Reino Unido y, para 2026, se espera ver un bosque de huella de carbono reducida en todos los países de la Unión Europea.

Tras varios días de absorber información a este respecto, las conclusiones me llevan a que la esperanza es que, a medida que surjan más de estos mini bosques, puedan actuar como trampolines, creando redes de espacios verdes que permitan a los animales e insectos ir de un área a la siguiente, brindándoles el refugio y el sustento que necesitan. Al entretejer la naturaleza en nuestra vida diaria, quizás nos demos cuenta una vez más de que la naturaleza es parte de nosotros. Y cuando a la naturaleza le va bien, a nosotros también.

Si soy sincero, me encantaría ver aparecer bosques diminutos en todos los vecindarios, para que se vuelvan tan familiares en nuestro día a día como un parque o un puesto de alquiler de bicicletas. Pero primero tenemos que plantar la semilla de la idea en la mente de las personas. No podemos preocuparnos por las cosas hasta que las conocemos. Hoy, espero que este artículo te haya ayudado con ese conocimiento tanto como a mí. 

David Granell Moreno
CEO

 

“Tiny forests”, los pop ups de la naturaleza en las grandes ciudades